El texto proponía una serie de derechos que buscaban responder a las largas demandas de las mujeres.
El fin de semana pasado el país optó por rechazar la propuesta de Nueva Constitución, por lo que el proceso ahora está en manos del Congreso y el Gobierno, entidades que deben dar un nuevo curso a una demanda tan sentida por el país: una nueva carta magna.
La decisión de más de 60% del padrón electoral dejó a muchas personas perplejas, sobre todo al movimiento feminista y a los y las abogadas que litigan con perspectiva de género, porque el texto presentado establecía una serie de derechos que estaban enfocados en las mujeres y las extensas demandas que han tenido a lo largo de las décadas. Y si bien la nueva constitución no se aprobó, para Francisca Millán, abogada y socia de AML Defensa de Mujeres, esto no significa que habrá un retroceso.
Uno de los derechos que se quería consagrar en la nueva constitución, era el derecho de vivir una vida libre de violencia, sin embargo, Millán sostiene que “este derecho está consagrado en los tratados internacionales referentes a los derechos de las mujeres, que han sido ratificados por Chile; y estos promueven que los países suscritos deben tomar medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”.
Con todo, el texto que se redactó recogía de manera integral estas necesidades, por lo que “genera pesar que haya sido rechazada por la ciudadanía, sin embargo, el proceso constitucional no termina aquí y tendremos que encontrarnos nuevamente para conversar respecto de una nueva propuesta en la cual estos derechos deberán ser considerados o perfeccionados, porque las mujeres no pueden seguir esperando, sobre todo después de la incansable lucha que ha dado el movimiendo feminista para lograr derechos”.
Lo que no puede faltar
La nueva constitución reconocía el trabajo doméstico no remunerado, tarea frecuentemente realizada por mujeres, y derechos sexuales y reproductivos, además de estipular que la justicia debe ser con perspectiva de género. De acuerdo a Millán, ninguno de estos puntos puede quedar fuera de la próxima discusión “porque hemos avanzado mucho por reconocer estos derechos, ahora solo debemos consagrarlos y tenemos una segunda oportunidad para hacerlo, no le podemos fallar a las mujeres de Chile”.
Por mientras, Millán y los y las abogadas que nos dedicamos a la litigación con perspectiva de género, continuaremos haciendo nuestro trabajo así, a pesar de que nos siga rigiendo la misma constitución de 1980. Hemos sido la punta de lanza en esta materia -incluso antes de que se hablara de una constitución feminista- y continuaremos con nuestro trabajo”.