El caso de Anaís Godoy remece a La Serena y cuestiona la falta de perspectiva de género en la justicia

20 Abr 2022 | Noticias

•          La joven se quitó la vida luego de que su denuncia por un ataque sexual sufrido durante Fiestas Patrias de 2018, fuera desestimada por las autoridades.

•          El caso se reabrió en 2021 y el principal sospechoso quedó en prisión pero por otro delito y, finalmente, quedó en libertad el pasado 14 de febrero.

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Sin avances. Así está la investigación por el caso de Anaís Godoy, una joven de La Serena que se suicidó en 2020. La estudiante, que había denunciado una violación durante Fiestas Patrias de 2018 a las autoridades, se sintió abandonada luego de que se archivara la causa por una supuesta falta de pruebas, lo que terminó con la drástica decisión de quitarse la vida.

Tras su muerte, la familia presionó para que se volviera a investigar y gracias a eso se reabrió el caso, el que, hasta ahora, no tiene formalizados. El sospechoso -que tiene un amplio prontuario policial y que al momento de la violación usaba una tobillera-, fue puesto en prisión, pero por otro delito y finalmente salió en libertad el pasado 14 de febrero, situación que tiene preocupada a la familia, porque la única medida cautelar que tiene es la prohibición de acercarse a la familia de Anais.

Ángela Ramírez, prima de Anais, sostiene que la familia ahora vive con miedo y angustia. “Ella era nuestra niña y nos la quitaron y ahora el principal sospechoso está libre”, señala.

Sin perspectiva de género

Este caso, al igual que otros que se han conocido en el último tiempo, tiene una tendencia que se repite: la falta de perspectiva de género al momento de aplicar justicia; esto porque los relatos de las víctimas no son tomados en cuenta o no se les da el peso real.

En ese sentido, Francisca Millán, abogada y socia de AML Defensa de Mujeres, quien recientemente ha tomado la representación de la causa, afirma que esta situación es una muestra más de cómo “la falta de perspectiva de género en nuestro sistema judicial discrimina a las mujeres y subestima los relatos de las víctimas de violación. Existe una desidia, expresada en el caso de Anais y de muchas otras mujeres que terminan suicidándose porque el sistema no les cree, las deja al borde y las empuja a tomar este tipo de decisiones”.

Ramírez concuerda y señala que “la justicia no ha reaccionado ante esto. Nosotros como familia hemos tenido que hacer todo para que nos escuchen. Hemos visto muchas falencias en el sistema y solo nos han escuchado porque hemos protestado, porque hemos levantado la voz”. Agrega que ellos han aportado información y evidencias, como la carta que dejó Anais antes de suicidarse. “Esperamos que se le vuelva a formalizar y que se haga justicia, tal como nos pidió mi prima en su carta. También esperamos que el fiscal responda, tal como se comprometió con nosotras como familia”, puntualiza.

Por ahora, el caso continúa abierto y sin formalización alguna, con el sospechoso en libertad y solo con la prohibición de acercarse a la familia a pesar de su nutrido prontuario criminal “lo que nos tiene muy atentas, porque no quedó con ninguna medida, como firma mensual, que de garantías de que no se fugará”, indica Millán.