Por Daniela López L. y Sonia Vaccaro
“En las sociedades patriarcales, la violencia contra las mujeres no sólo se expresa mediante el daño o maltrato directo, sea psicológico, físico, sexual y/o económico, además cobra otras formas, desplazándose a todo aquello (o aquellos) a lo que las mujeres están apegadas o sienten cariño. En este sentido, la violencia vicaria es una violencia secundaria a la víctima principal, que es la madre. Es la utilización de las hijas e hijos de esta mujer para continuar dañándola. Los hijos para el violento son objeto no son hijos, no son personas”.
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